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sábado, 19 de septiembre de 2015

Cuarto Capítulo (Nahuel)

Más tarde que pronto, os dejo el siguiente. Esta vez le toca a Nahuel, el chico dulce de la saga. ^-^

Capítulo 4

NAHUEL

Observé a Jacob salir por la puerta con odio. ¿Por qué tenía que apartarme de Renesmee siempre? Nada más cerrar la puerta tras de mí, miré a la niña deseando acercarme de nuevo a ella. ¿Podría hacerlo? Ella en cambio miraba la puerta algo confusa, más no tardó mucho en girar el rostro hacia mí.
—Nahuel, te reclaman— murmuró Bella sonriente al advertirlo. Me acerqué con rapidez a coger a Renesmee —Llévate-la a dar una vuelta por el bosque, que tengo que hablar con Alice. — Me pidió.
Asentí, sonriendo. Me encantaba pasar momentos a solas con ella, eran tan especiales… Ella todo el rato me hacia preguntas, curiosa, y yo las respondía, sin perder la sonrisa de la cara en ningún momento.
—Vamos pequeña—dije mientras la cogía en brazos. Murmuramos un “adiós” a la vez y empezamos a reírnos. Salimos por la puerta en dirección al bosque.
Renesmee no paraba de preguntarme cosas con su extraño y fascinante don. Todo acerca de mi vida antes de venir a Forks.
¿Comías comida humana?
—Claro, hay cosas que están muy ricas. Deberías acostumbrarte a comerla, en vez de beber sangre— Le dije con una sonrisa. Ella soltó un rotundo “no” y puso cara de asco. Me reí de ella— ¡Oh, vamos!, es mucho mejor. — Insistí
Es mucho mejor la sangre, reconócelo
—Bueno, vale, quizá si. Pero…—me callé al ver la mirada de asesina que me echó la niña — Veo que no te voy a poder convencer, ¿no? Que cabezota eres— murmuré. Las sonrisas me salían solas cuando estaba a su lado, y no lograba entender por qué.
Llegamos a pequeño claro. Estaba cubierto de césped, y algunas florecillas silvestres. A Reneesme se le iluminaron los ojos. La bajé al suelo, y ella empezó a andar, observándolo todo con atención.
Me acerqué a la flor que estaba más próxima a mí, y la corté. Luego, me senté en el suelo, dándole vueltas con la mano. Nessie se acercó a mí y me miro con una sonrisa.
—Toma, para ti— dije, ofreciéndole la flor. Ella sonrió aun más mientras la cogía. Luego, la olió— Es tan bonita como tu…— le confesé
No sé si me imaginé el rubor de sus mejillas en ese momento, pero se tumbó en el suelo, bocabajo, y no me dio tiempo a comprobarlo.
— ¿Qué te pasa? — Pregunté, parecía un poco abatida
— ¡Quiero ver a Jake! — dijo con tristeza. Al oír su nombre, me empezó a embargar un sentimiento de odio, el cual no entendía. “¡Pero si apenas lo conoces!” pensé para mi mismo confuso.
— Luego le verás pequeña, se pasará a verte —murmuré, con una sonrisa, intentando infundirle ánimos. Odiaba verla triste. 

—No te cae muy bien, ¿verdad que no? —Susurró, mirándome a los ojos, no contesté ¿Tan obvio era? — Tranquilo, yo os quiero a los dos — Añadió y yo le dediqué una sonrisa llena de ternura.
Intenté cambiar de tema, distraerla para que no pensase en Jacob. Me tumbé a su lado con ella y estuvimos hablando durante toda la tarde, y por suerte, el licántropo no salió otra vez en la conversación.

¿No crees que ya es hora de dejar de revolcarse por el suelo y volver a casa? —le pregunté, riéndome. Ya estaba anocheciendo. Ella asintió. Observé nuestras ropas, que estaban llenas de barro y me reí. Me levanté y luego recogí a Reneesme del suelo.
Al llegar a la casa, Jacob ya estaba allí. En cuanto entramos por la puerta, se acercó a nosotros y me la quito de los brazos. Quise replicarle, pero me contuve, por la niña.
Bella se acercó a mí. Tenía cara de preocupación. Me hizo una seña para que saliese fuera y accedí. La vampira salió tras de mi.
—Los Vulturis quieren a Reneesme— Declaró, tras varios minutos de silencio. La miré expectante, no comprendía porque me decía eso a mi, aunque debía admitir que la noticia no me sentaba nada bien. No quería que ella se fuera.
—Y… ¿por qué me lo cuentas a mi? —murmuré, un poco borde.
—Me vas a decir ahora que no te has ido ya porque aquí se caza bien, ¿verdad? — inquirió ella entonces lanzándome una mirada sospechosa. Me quedé en blanco. Nunca lo había pensando. ¿Por qué no me había ido ya? Ya había ayudado, no tenía nada más que hacer aquí…

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